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No todos los niños son iguales, no todos manifiestan su sensibilidad o sus problemas de la misma manera, así que es importante conocerlos para poder ayudarlos de verdad, conocer que les sucede y los posibles motivos.

En niños muy pequeños, de hasta dos años será normal ver que estos lloran por el simple hecho de ver llorar a otros, pero esto es algo que sucede de forma normal pero que se va mitigando con la maduración normal. Igual les sucede al ver reír a otro niño o a un adulto, y también ríen.

En ese momento de la maduración el niño aun no tiene claros los limites entre el YO y el OTRO, y esa confusión, esa dificultad para crear esa distancia es la que genera este tipo de comportamientos. Si su hijo hace esto no debe de preocuparse, es algo normal, y poco a poco ira siendo capaz de distinguir esa diferencia y de superar el problema de forma natural.

Pero si pasada esta etapa el niño sigue teniendo esos arranques de llorar por todo puede que, si tengamos un problema en casa, en la escuela, o esta preocupado por algo que no ha sabido solucionar. Es entonces cuando se puede creer que llora por todo, por cualquier cosa, y ese pensamiento hace que no se busque más allá de lo que nos ha parecido evidente.

Es entonces cuando debemos de hacer un registro para poder ver si realmente esto sucede como parece siempre, si es puntual, o a que temas puede estar ligado. Debemos de escuchar al menor y ver que pueda estar sintiendo, o que trata de comunicar con ese llanto. Puede que sea un problema como dije en la escuela, pero también en casa por conflictos o celos con padres o hermanos.

Pero también hay niños que son mucho más sensibles que los otros. Son niños que tienen una gran capacidad de sentir y vivir el entorno, que sienten gran interés por los demás y que tienen un gran sentido creativo. Hay entonces que ayudarles en que las emociones se canalicen sin desbordar, expresando por otros medios, artísticos, por ejemplo, deportivos, o de creación.

Si tienes esa situación con tu hijo y no te ves capaz de resolverlo es el momento de venir con un psicólogo infantil para poder tratar el tema.