Portada > Articulos > La fama nos ciega. El efecto Neverland

Blog

La fama nos ciega. El efecto Neverland

09/04/2019

Recientemente hemos visto en HBO una producción sobre Michael Jackson llamada Leaving Neverland donde se habla de los episodios de abusos sexuales que este habría cometido sobre los entonces menores Wade Robson y James Safechuck, y que estos en su momento no denunciaron, e incluso uno de ellos llego a declarar a favor del cantante. Dos capítulos de dos horas donde se puede ver como nadie fue capaz de ver nada de lo que estaba pasando. Incluso como ahora algunos aun lo justifican como hizo Barbara Streisand diciendo que "Sus necesidades sexuales eran sus necesidades sexuales, provenientes de la infancia que tuvo o del ADN que tenga" y que demuestra su nivel moral con ello. Pero que estaría al mismo nivel que quienes sospechaban en su momento, por estar cerca del cantante, y quienes tan cerca estaban que sabían y callaban.

Pero lo que debe de hacernos reflexionar como sociedad es lo que aquí llamo el “efecto Neverland” y que afecta a nuestra visión sobre las cosas. Nadie duda que Michael fuera un gran cantante y una estrella del pop durante años. El problema es que a menudo hacemos una translación de que ser un buen cantante, te lleve a ser una buena persona, un buen padre, o intachable en cualquier ámbito de la vida. No conocemos a la persona más allá de su imagen pública, tenemos solo una visión sesgada de esa persona, pero como nuestra mente no gestiona bien el hecho de tener huecos que rellenar, lo que hace es generalizar a partir de los conocimientos que tiene. A partir de aquí lo que hacemos es evitar nada que nos contradiga esa imagen, y si yo fuera un fan de Michael y me dicen que en otra parte de su vida no es una persona correcta, y que como se afirma en el documental era un abusador de menores, esto será inaceptable para mí, porque esa traslación haría de alguna manera que yo sintiera que es menos buen cantante, aunque no sea eso lo que se critica.

Cuando estemos criticando a alguien, pensemos si nos gusta más o menos en determinado ámbito de su vida, pero eso no hará que pueda no ser bueno o malo en otra cosa. Ejemplo de este efecto es el típico también comentario que vemos en las noticias de los vecinos de un hombre que mato a su mujer “pues era un tipo amable y saludaba en la escalera”, como si ser simpático con los vecinos fuera algo que impida ser un maltratador o un asesino.

Archivado en: Noticias