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La profesionalidad en el mundo de los psicologia.

03/10/2019

 

En los últimos años hemos estado viendo aparecer terapias con nombres casi desconocidos, eso sí de nombres muy comerciales. Se reinventa alguna cosa que ya funciona y se le da un nuevo nombre. ¿Tienes fiabilidad? ¿Alguna base en sus resultados? ¡No importa! Es cuestión de creer en ello.

Cuando uno acude a un psicólogo pues tiene claro que detrás de esa persona en el peor de los casos tiene mínimo cinco años de formación, que no garantiza que sea malo en su trabajo como pueda ser otro profesional. Esa formación le ha dado una serie de herramientas y después esa misma persona posiblemente se ha continuado formando en otros aspectos. Y esa persona tiene una base de formación que le permite después utilizar de forma correcta esa herramienta, porque no es lo mismo un bisturí en manos de un cirujano que de un profano en medicina, que sabrá que corta, pero no que puede cortar.

Hay terapias que casi están digámoslo así descatalogadas. En lo que ya sería casi historia de la psicología estaría el Psicoanálisis freudiano, que, aunque se sigue usando por parte de algunos tan solo tiene un uso masivo en Francia y Argentina, mientras que en el resto de países occidentales fue desbancado hace mucho por la Psicología Clínica y la Terapia Cognitivo Conductual, mucho más rápida y efectiva. Tener en cuenta que el psicoanálisis requiere de varias sesiones semanales y de procesos incluso de años.

Como decía antes en la Psicología Clínica, ahora por razones políticas renombrada para los psicólogos privados como General Sanitaria, esta requiere de una formación que no es simplemente el grado de Psicólogo, sino un máster o formación posterior. Se trabaja el trabajo cognitivo, de modificar las ideas que generan el conflicto, y de la conducta. Sería el método más utilizado, junto con otras herramientas, para el tratamiento de la mayoría de problemas. También a partir de aquí podríamos decir que deriva la sexología que es una especialidad de la primera y requiere de formación específica.

También están en gran auge algunas terapias como la Gestalt o las Constelaciones Familiares, aunque lamentablemente no hay un marco de regulación para su ejercicio y cuesta separar grano de paja. Bajo mi punto de vista son muy aptas cuando se trata de tocar temas emocionales, puesto que ambas mueven esa parte de nosotros.